En un lugar de Mallorca…

Como muchos sabeis tengo el corazón dividido entre la tierra que me vio nacer, Andalucía, y la tierra que me vio crecer y madurar como persona, Mallorca… Mi gran vena emprendedora me llevó hace casi 6 años a cruzar el charco y volver a la tierra de mis raices, a Córdoba, pero Mallorca sigue siendo mi casa, el lugar al que regreso asiduamente para recargarme de buenas energias y abrazar a amigos y familiares.

Soy de la opinión de que la vida te regalando lo que necesitas en cada momento, solo hay que mantenerse consciente, y aprender a escuchar la intuición, el instinto… tal vez el corazón, quien sabe… En los momentos dificiles Mallorca me llama, me invita a desconectar y a renovar fuerzas, supongo que cada uno tiene sus lugares «fetiche», y el mio es la isla. Pues bien, el pasado fin de semana, «me escapé» a Mallorca con la intención de desconectar, descansar y cargar las pilas de la energia positiva.

Tras una visita relámapago a Puerto de Pollensa, mi pueblo, me dirigí a Sant Blai, el agroturismo donde vive Pepper Sant Blai, la burrita más cibernética del mundo, el altavoz de «La otra Mallorca», junto con sus amos Marta Bonet y Roger Swain. Pese a que actualmente vivo en el campo, que tengo un Cortijo – Casa Rural, y estoy acostumbrada a estar en contacto con la naturaleza, al silencio, al frescor de la hierba… Sant Blai tiene algo especial, como dirian los andaluces: «Sant Blai tiene duende» y sus habitantes tambien!!

Una finca con mas de 3 siglos de historia, donde cada objeto que ves te transporta a épocas pasadas, paredes de piedra, calor de hogar, una rincon del jardín del Edén!! Hamacas cogando entre los higueras, el sonido del viento acariciando los árboles… una maravilla!!

Pero independientemente de estas características, de la belleza y encanto natural del lugar, Sant Blai «engancha» porque sus dueños Marta y Roger son capaces de hacerte sentir como en casa, son capaces de convertir al turista en su invitado personal, compartiendo con sus huéspedes sombremesas de charla, recetas culinarias, risas, regalos y sobretodo afectos… Esa es realmente la esencia del turismo rural, no es tan sencillo como recuperar arquitectónicamente un lugar, se trata de dotarlo de humanidad, de tener cosas que contar, y tener encanto para transmitir el amor por lo tradicional.

Yo ya sabia esto, lo tenia claro en la cabeza desde que aposté por el turismo rural, pero jamás lo habia visto en escena, con una claridad tan aplastante! Son palabras, teorias, lo que se sabe que se debe hacer, pero nunca lo habia visto en acción… y os aseguro que funciona!! Tan solo 1 dia me bastó para sentirme en casa, para compartir la cena con otros huéspedes, y para llenar mi espíritu de valores positivos, ¿os imaginais lo que Sant Blai puede hacer en una semana? Yo ya tengo ganas de saberlo, y estoy decidida a experimentarlo.

Escribo desde el corazón, con la sinceridad y la transparencia de quien cuenta una experiencia y anima al resto a descubrirla. Tambien quiero animar a los empresarios turísticos españoles, rurales y no rurales a que tomen ejemplo, que se «mime» al turista, que se le haga sentir especial, pues esa es la unica forma que conozco de vincularles con nuestro destino. Un viaje es una experiencia compuesta de muchisimos momentos, si conseguimos llenar la experiencia de momentos que enamoren, tendremos amigos, fans, admiradores pero sobretodo amigos que nos visitarán año tras año. Ya son muchos los que han tomado conciencia de esta realidad, y les va francamente bien…. ¿Probamos? 🙂

Aqui os dejo unas fotos de esos momentos felices 😉